Micaela Távara: “Para mí esto ha sido un salvavidas”.
Admite
que en el proceso se dio cuenta que es
la historia de muchas mujeres peruanas.
Rosa
Micaela Távara Arroyo (24) es actriz,
activista, gestora cultural, profesora de actuación y productora. Desde hace un
año y medio viene presentando La rebelión de las polleras, la performance que
retrata la llegada de Leonor Chávez Rojas -Flor
Pucarina- desde Huancayo a la capital. Ella nos cuenta cómo fue la experiencia
en la creación y realización de esta obra que ha llegado a Ecuador y Argentina.
¿Qué significó para ti La rebelión de las polleras?
Al
inicio solo pensaba en darle un tributo a mi abuela porque estaba muy enferma. Todo empezó como una muestra de
amor y encontré en Flor Pucarina una vida muy parecida a la de ella. También es
un tributo a las mujeres provincianas,
una reivindicación de la campesina y trabajadora del hogar.
Cuando
se estrenó tuvo bastante acogida y la gente se paró y no dejaban de aplaudir. En
el proceso me he dado cuenta que no son historias alejadas de las mujeres de
Lima o de la gran mayoría de mujeres peruanas.
¿Por qué consideras a Flor Pucarina la primera feminista?
Ella
tiene un quiebre en sus canciones distinto al de las mujeres de sus tiempos, en una de sus letras dice: “…sigue adelante, no
voy a llorar ahora, lloraré en el proceso pero nunca me derrumbaré”. Son
canciones difíciles en esa época para una mujer quechua hablante porque la
música vernacular sigue siendo un ambiente de hombres. Ella no fue una
feminista declarada pero uno deduce que fue una mujer respetable y respetada.
¿Has incluido muchas canciones de ella?
Sí,
todo es muy musicalizado pero propiamente de ella son solo dos o tres. Me gusta
mucho el tema de Ayrampito que lo he desglosado por frases y las he usado,
existe una que dice “Seré cholita pero sincera en el amor aunque entre peruanos
hay muchos que no lo son”.
Además de la música de la cantautora ¿de qué otros elementos
se compone el proyecto?
Existe
una canción de Flor Pucarina que tiene fusión con electrónica, también hay danza,
teatro, y una propuesta con elementos
orgánicos como la papa.
¿Dónde se estrenó por primera vez?
En
el bar cultural Degrot de Plaza San Martín.
¿Y luego cómo te fueron llamando?
Luego
me fui a Ecuador para un encuentro, después nuevamente en Lima, y la gente se
iba pasando la voz y me invitaban a festivales. Hace poco estuve en Buenos
Aires y el unipersonal me ha empezado a abrir camino a otras cosas que hice en
otros viajes como mi trabajo con las mujeres y adolescentes.
Eres activista.
Tengo
una conciencia social y creo que va de la mano con mi trabajo como artista o como trabajadora del arte porque aún no me
considero artista.
¿A qué países has viajado con este unipersonal?
A
Ecuador y Argentina, donde me han invitado nuevamente para marzo próximo.
¿Cuánto tiempo te tomó la investigación para este trabajo?
Casi
un año y medio.
¿Todas las personas que vean La rebelión crees que puedan
llegar a entender el mensaje de reflexión?
No
sé, espero que sí. Pero luego de cada función se me acercan una o dos personas
llorando a contarme sus historias, los conflictos que tienen para aceptarse, o
a contarme sobre sus abuelas, o también sucede que recibo de 20 a 50 correos.
Mucha
gente dice hay que buscar nuestra identidad, hay que explorarla; pero yo creo que es todo lo contrario solo
hay que aceptarlo porque está ahí.
¿Te has sentido cómoda haciendo este proyecto o sientes
que no hubo apoyo?
No
sé si existe envidia pero sí existen contraposiciones. Incluso una vez me
dijeron que no era lo suficientemente chola para hacer esto. Pero también me
han dicho que La rebelión no me hace bien porque es una catarsis, piensan que
en todo momento hay un desequilibrio emocional aunque eso es tonto.
Por
otro lado, yo nunca he negado trabajar de la mano con el estado para mis
propuestas artísticas porque creo que son necesarias, pero siento que el estado
no está preparado para apoyar este tipo de propuestas porque critican su misma
postura.
¿Sigue siendo difícil ser actriz?
Sí,
en el extranjero siempre hay más invitaciones, cuando voy hago conferencias de
prensa, lo que acá es bien difícil.
A
nivel Latinoamericano creo que todavía es difícil ser artista pero no me quejo
de eso. Siempre me dicen “Nadie es profeta en su tierra”, que debería quedarme en el extranjero porque
mis propuestas todavía no son aceptadas acá pues en el unipersonal no hay un
texto aunque sí tiene un orden dramatúrgico y en Europa sí pegaría.
¿Qué hace una actriz si no tiene apoyo?
Yo
soy autónoma porque siempre logro solventar mis proyectos, trabajando como
gestora cultural, productora, grabando o como profesora. Por ejemplo me fui a
Buenos Aires y pude cobrar tanto para poder hacer La rebelión acá. Además me he
dado cuenta que esto ha crecido a partir de muchas cadenas de favores que me
han dado facilidades. La última función que tuve estuvo llena porque el 50% de mis amigos rebotaron la
información por facebook.
Tienes pegada en el facebook.
Puede
que sí. Las redes sociales son un espacio donde podemos conectarnos si las
usamos bien.
A lo largo de tu trayectoria ¿qué personajes consideras
como el más dulce y el más malvado?
Empecé
a los 16 años y estoy por cumplir 25… no sé si es el más malvado pero me he divertido mucho haciendo
de Amanda en La casa de los siete balcones y otro personaje que me gustó fue
Alicia en Ojos bonitos cuadros feos de Mario Vargas Llosa.
Has hecho muchas cosas en el 2013 como teatro,
documentales y campañas sociales ¿cómo has sentido este último año en tu
carrera?
Ha
sido un buen año pero creo que pudo haber sido mejor, creo que pude haber sido
más dedicada, más disciplinada, porque las cosas que han sucedido en el año han
sido por consecuencias, casualidades, causalidades y si me esforzara más, si
pondría toda mi atención, si me hiciera una página web, mi fanpage, tal vez me
iría mejor.
¿Para cuándo sería la próxima presentación?
Me
han invitado a Cusco, Huaraz y Ayacucho; para marzo me invitaron a Argentina y
en octubre iría a Miami. Si todo va bien podría llevar el unipersonal a todas
las provincias del Perú.