Si bien es difícil encontrar a alguien que te pueda enseñar lecciones de amor, yo encontré a alguien de casualidad que me enseñó mucho más que eso preocupándose por educar a niños de la calle. Permítanme compartir con ustedes una entrevista que hice a un gran personaje dentro de Chorrillos hace como un año y medio.
UN
ÁNGEL CAÍDO EN CHORRILLOS
Llegué a su
casa invitada para conversar y empezar mi entrevista a las 9:30 a.m.
-¿Cómo está
señora Lupita?-con mucho cariño pregunté.
Ella me
contestó que recién llegaba de su turno noche en el centro de atención
residencial del Inabif, cerca de su casa. Deduje por su cabellera algo
despeinada que se había echado una corta siesta antes de que yo llegara. Ella
invitó a sentarme y empecé a explicarle como sería la entrevista.
Niños sanos y niños diferentes
Para no agotarla, le anticipé que ésta sería solo
una primera parte, luego le haría otra visita si me lo permitía. Me contó que
la primera motivación para trabajar como lo que hoy es, educadora integral, fue
la de mantener a sus pequeños siete hijos.
Pero después de
muchos años y con un título de enfermería y una certificación en educación
inicial me convence que es solo su vocación la que le ha permitido desarrollar
su más grande pasión: educar y readaptar a niños y adolescentes. Agregó
-“trabajo con niños sanos, niños psiquiátricos, niños neurológicos y niños con
habilidades especiales”-.
Carrera ad honórem
Apareció en
escena la única nieta que vive con ella para darle un beso, y con la ternura
que sólo expresan las abuelas, mi entrevistada de ojos verde esperanza le pidió
que regrese después.
Alguna vez conversé con la señora Lupita y me
confesó que después de 10 años laborando en el Inabif, éste hizo una
convocatoria para las educadoras que deseaban tener una carrera profesional y
poder convalidarlo con sus horarios de trabajo, es decir, trabajar ad honórem, ella aceptó de inmediato. Me
cuenta que mucha gente no confiaba en que podría hacerlo porque aún tenía hijos
pequeños y nadie la ayudaba en su casa.
La admiré mucho
más cuando lo relató, creo que es la mayor de las razones por las cuales
la escogí a ella como entrevistada.
Un niño difícil
Existen muchos
casos duros de tratar en los albergues, uno de ellos es César Jaramillo, un
niño de 12 años que vivía encerrado en un cuarto, lo cual no le permitía
desenvolverse como un niño normal, él está físicamente sano pero moral y emocionalmente es un niño que
necesita mucha atención como un bebé, pues no sabe caminar, no sabe comer en la
mesa, no sabe correr como un niño debido al abandono total de sus padres.
La señora
Lupita trató al niño con mucha paciencia pero no se imaginó que él le tomaría
tanto cariño, incluso la llamaría Mamá Lupita, pues nadie le tomó tanta
atención en su vida. Ella lo fue reformando poco a poco como un niño sano, pero
los días que descansaba la mamá Lupita, él hacía mucho berrinche, tanto así que
debían ubicarla por lo menos por teléfono para que César se calme.
En la primera
reunión que tuvimos me dijo –“uy, a veces cansa”- pero su rostro no ocultaba la
sonrisa satisfecha que le brinda su profesión.
Mujer independiente
Ella nació el
28 de julio, y le prometí que resaltaría ello porque su gran coraje es lo único
que le ha valido para seguir ante grandes obstáculos en su vida, como la falta
de apoyo del padre de sus 7 hijos, y de algún familiar pues siempre viajaba
entre Arequipa y Lima muy sola con sus 7 niños.
Por todo lo que
conversamos ella demuestra a sus 60 años, gran placer con sus aventuras de
madre y educadora integral. Pero me atrevo a descifrar un acertijo con su
mirada encantadora, la cual me dice que el amor de pareja nunca fue prioridad
en su vida, pues el amor maternal que le dieron sus hijos reemplazó y cubrió
grandes expectativas como toda una mujer independiente.
Satisfecha con la vida
Su meta
inmediata es hacer un curso para poder nombrarse y recibir su jubilación como
se lo merece.
Viene a mi
mente una frase de Ernest Hemingway: Siembra un árbol, escribe un libro, ten un
hijo y haz feliz a un perro. Yo le pregunté -¿qué la faltaría hacer a usted
para poder irse en paz? Y ella muy calmada, me contestó -“He pasado por todo,
he cumplido con todo lo que me tocó”.
Alesiy